Te has preguntado, ¿Qué implicaciones tienen las cosas que hacemos, vemos y/o consumimos a diario en internet? ¿Hasta qué punto acciones como revisar la cuenta de alguien más con motivos de vigilarle, publicarle contenido ofensivo o denigrante, se pueden volver una forma de violencia denunciable?
En nuestros días, donde el consumo y la influencia que pudieran tener las redes sociales en nuestra vida se ha ido incrementando, ha crecido también la violencia, transformándose de violencia física a violencia a través de la pantalla. Este fenómeno también creció con la pandemia, dando la impresión de que quienes la practican, no son capaces de gestionar su vida en lo particular, atribuyéndole a tal o cual persona, la razón de su malestar emocional.
Aunque las estadísticas se han enfocado más en la niñez, los adolescentes y las mujeres, también los hombres la padecen, sin importar su edad.
Para comprender es necesario saber qué significan los nuevos términos, los cual nos llevará a saber si somos víctimas o cometemos estos actos.
Ciberacoso. Es el acoso que tiene lugar en dispositivos digitales, como teléfonos celulares, computadoras y tabletas. El ciberacoso puede ocurrir mediante mensajes de textos y aplicaciones, o bien por Internet en las redes sociales, foros o juegos donde las personas pueden ver, participar o compartir contenido. El ciberacoso incluye enviar, publicar o compartir contenido negativo, perjudicial, falso, o cruel sobre otra persona. Esto puede incluir compartir información personal o privada sobre alguien más, provocándole humillación o vergüenza. Algunos acosos por Internet pasan a ser un comportamiento ilegal o criminal.

El acoso cara a cara y el ciberacoso podrían ocurrir juntos. Pero el ciberacoso deja una huella digital; es decir, un registro que puede servir de prueba para ayudar a detener el abuso.
Violencia digital. Es toda acción dolosa realizada mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación, por la que se exponga, distribuya, difunda, exhiba, transmite, comercialice, oferte, intercambie o comparta imágenes, audios o videos reales o simulados de contenido íntimo sexual de una persona sin su consentimiento, sin su aprobación o sin su autorización y que le cause daño psicológico, emocional, en cualquier ámbito de su vida privada o en su imagen propia.
Violencia mediática. Se ejerce por cualquier persona física o moral que utilice un medio de comunicación para producir y difundir contenidos que atentan contra la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de las mujeres y niñas, que impide su desarrollo y que atenta contra la igualdad.
Parece que se ha confundido que por el hecho de ser una persona pública, por haber sido electa a un cargo, en automático se puede actuar con actos de violencia hacia ella, dejando de lado que antes de tener tal o cual cargo, es un ser humano que merece respeto y que tiene derechos humanos como cualquiera.
A continuación se exponen 2 de los 30 artículos de la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU.
- Artículo 12
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.
- Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Cada vez que hablamos, estamos asumiendo determinada responsabilidad respecto a lo que estamos diciendo. Por ello, nuestras palabras pueden provocar que otros hablantes nos acusen de haber sido imprudentes, de habernos equivocado e, incluso, pueden acarrearnos problemas legales si, por ejemplo, alguien considera que hemos violado su derecho al honor y a la privacidad.
Las redes sociales generan una sensación de anonimato y de desinhibición que favorece la proliferación de actos de agresión verbal, al mismo tiempo que muchos usuarios no son plenamente conscientes del gran alcance que pueden tener sus palabras en este medio. Por ello, las redes sociales se han convertido en un nuevo escenario para delitos como la difamación, el discurso de odio y el desprestigio entre otros.
Cuando estos actos se vuelven cotidianos, se empiezan a normalizar porque se piensa que no pasa nada, que es parte de la vida y que hay que tomar las cosas de quien vienen, lo cual tiene algo de razón, sin embargo, todos somos hijos e hijas y, muchos somos padres o madres, tenemos familia y como se ataca o se violenta el nombre de alguien, se cree que no tiene mayor repercusión.
Se trata de elegir, elegir el diálogo y el cuestionamiento, con base en el respeto y la empatía. Se trata de frenar tanta violencia digital con base en la oportunidad de conversar. La violencia generalmente genera más violencia, por lo tanto en alguien debe caber la prudencia y sobre todo, la denuncia, porque como se mencionó antes, se deja una huella digital que se puede seguir.
Hagamos un entorno seguro en donde nos encontremos, un entorno de cordialidad y amabilidad, en donde se puede opinar distinto, es un derecho humano, pero el opinar distinto no la da derecho a nadie a ofender, injuriar y desprestigiar a otra persona.
Si nos tratamos con cordialidad y con las normas básicas de convivencia, podremos generar mejores resultados, porque un ambiente laboral sano, genera resultados positivos más rápido. Se trata de construir un nosotros en donde existen las personas individuales, con opiniones, historias, mapas mentales que cada una ha ido trazando a lo largo de su vida.
Si quieres denunciar violencia cibernética, aquí dejo el enlace.
https://www.gob.mx/conavim/articulos/has-sufrido-acoso-cibernetico-te-decimos-a-donde-acudir
Martha Ivonne Jurado Peña
Secretaria de Prensa
ASSA de México
Julio, 2022
Año 1, Número 3