América Gil: 48 años entre el cielo y la tierra

América Gil, conocida por todos nosotros, comenzó a volar a sus tiernos 17 años, sí, así como lo leen, contaba con 17 años cuando dijo sí al mundo de la aviación. Tal vez se pregunten y eso ¿qué tiene de extraordinario? Pues nada más y nada menos que lo hizo a inicios de los años 70, en el siglo pasado. Cuando la aviación era diametralmente opuesta a lo que vivimos ahora, tanto en seguridad como en tipo de servicio, tipo de pasaje, tipos de aviones, incluso, cómo se distribuían las labores a bordo, la importancia de las jerarquías y hasta en la cantidad de Sobrecargos que integraban una tripulación. Los uniformes eran más glamorosos de lo que son en este siglo XXI, incluso nos cuenta que uno de sus primeros uniformes era de color blanco. ¿Se imaginan que en estos días se nos proporcionara un uniforme color blanco? Pues así en aquellos tiempos de la aviación de élite y de glamour, en donde mínimo los caballeros viajaban con corbata y saco y las damas, el uso de medias, zapatillas, trajes o vestidos tipo sastre era lo mínimo establecido por los códigos de vestir de aquella época. Acompáñenos para conocer un poco más de una mujer que en su corazón y en su vida, alberga una cantidad de historias, así como la historia viviente que es América Gil, una Sobrecargo con la pasión por servir en la venas y las alas en el corazón.

Ivonne: ¿Cómo iniciaste a volar? ¿Cómo surgió en ti la idea de convertirte en Sobrecargo?

América: Un día un funcionario de Mexicana fue a la escuela en donde yo estudiaba, para invitarnos a ser Sobrecargos. Nunca, nunca me vino a la mente en ese momento convertirme en Sobrecargo, pero a una de mis compañeras sí. Me invitó  y me presenté en Aeromexico, yo tenía 17 años. Así que gracias a Carmen, además de   que un amigo de mi hermano, que era ingeniero de vuelo y que trabajaba en Aeroméxico, me dio una carta de recomendación, pude entrar. Todos tenían que presentar una carta de recomendación para ingresar a la filas del Caballero Águila.

Ivonne: ¿Cuándo fuiste a la ASSA de México?

América: En mis inicios, el procedimiento era primero ir a la Empresa y después a la ASSA de México. Yo entré a volar en 1972. Volé dos meses en SAE, una línea alimentadora y después me contrataron ya como Sobrecargo de Aeroméxico.

Cuando fui a la empresa quien me contrató fue un francés de nombre Jean. Estuve esperando sentada afuera de su oficina más de dos horas. El gerente pasó delante de mí en varias ocasiones. Después de ese tiempo me recibe y lo primero que me dice es “Estás contratada”. No me hizo ninguna pregunta, vio mi cara de asombro y me dijo: “es por tu paciencia, no te desesperaste, vas a atender bien a los pasajeros”. Por cierto que fue mi primer trabajo y el único.

Ivonne: ¿A qué te enfrentabas en aquellos años? Eras muy joven, eras mujer y el mundo y la sociedad era muy distinta a lo que es ahora.

América: El ambiente era difícil, porque venía de una escuela de niñas, nunca me imaginaba la apertura a la sociedad, al modus vivendi de un piloto y una Sobrecargo. Era muy fuerte para mí, pero lo tuve que soportar porque mi hermano me dijo que si me portaba mal, me iba a mandar con mi tía la monja, con las Carmelitas descalzas. Fue increíble, empecé a volar lo que veía en la escuela, por ejemplo en Historia del Arte veía el Rockefeller Center, París, y estar presente viendo las obras de arte, fue una bendición.

Ivonne: ¿Recuerdas si había más mujeres que hombres en aquellas épocas?

América: Sí, había más mujeres que hombres y era el trabajo perfecto para las mujeres. 

Ivonne: ¿Recuerdas cuál fue el primer avión en el que volaste?

América: Mi primer avión fue el Hawker Siddeley de 48 pasajeros, era de hélice, volaban dos Sobrecargos. Los pasajeros eran muy elegantes, las mujeres iban perfectamente bien vestidas. Un estilo como de los 20’s, algunas con sombrero, vestidos largos tipo chanel, los hombres siempre de traje, todos con corbata,  uno que otro con sweater. 

Los uniformes de nosotras eran divinos, yo inicié con un vestido clásico, blanco, negro y color naranja, zapatos y bolsa color coral y una pañoleta blanca con negro, tipo cebra.  En ese avión solo se ofrecían líquidos, en vuelos nacionales de entre 2 y 3 horas de duración. No volábamos muy alto, alrededor de 18,000 pies,  veíamos las casas y el ganado. 

Ivonne: ¿Alguna emergencia que hayas tenido en esa época?

América: En ese tiempo entregamos el café en charolas, eran como 20 vasos de café por charola. Un pasajero que estaba sentado en el pasillo abre su periódico y provoca que se me derramen los cafés en mi estómago y me quemé. Yo estaba en mis 30 días de prueba y no dije nada, porque tenía miedo de que me corrieran. Hasta ahora tengo una cicatriz.

Mi segunda experiencia fue que murió un pasajero en ese avión. Lo tapamos como si estuviera dormido, estaba en el lado de la ventana. Los pasajeros se dieron cuenta, y algunos se espantaron. Durante 48 años es el único pasajero que me ha tocado.

Por cierto, yo quería volar 50 años, para establecer un Récord Guinness como la Sobrecargo con más años ininterrumpidos volando. Desafortunadamente la pandemia me sacó, quería poner a la ASSA de México y Aeroméxico en ese lugar.

Ivonne: Durante toda tu trayectoria, ¿Cuántos tipos de aviones volaste?

América: Volé 13 tipos de aviones: El Hawker Siddeley por dos meses y medio, el DC9-15 por un  año, después pasé al DC8-51 Y DC8-63 desde 1973 a 1981, cuando pasé al DC-10. Después el Boeing 767, el Boeing 777, Boeing 787 y el Dreamliner. En aquellos años se volaba por tipos de aviones, no como ahora, que se vuela indistintamente en cabina angosta (de un solo pasillo) y cabina ancha (doble pasillo). Volábamos a Italia, Alemania, Francia, Buenos Aires, Santiago de Chile entre muchos otros países. 

En el DC-10 aprendí muchísimo, para mí el más hermoso del mundo. Ese avión también era de trayectoria, conforme tenías mayor experiencia y antigüedad. Primero eras Sobrecargo, después eras Sobrecargo Primera, que es como los Supervisores. La de menor antigüedad de esa categoría trabajaba en la cabina de en medio, la más antigua trabajaba en la cabina trasera, que eran 150 pasajeros, era un avión completo, y luego Sobrecargo Mayor y al final Jefe de Cabina. Yo aprendí de ellos porque siempre me gustaba trabajar en primera clase, aprendí a brindar un servicio de calidad y a manejar las situaciones. En el DC-8 y en el DC-10 había primera clase, los alimentos eran de primera calidad, siendo de tres tiempos los alimentos: entrada, plato fuerte y postre.

Antes de la quiebra de Aeronaves, ya no había primera clase. Quien nos daba las instrucciones para saber lo que teníamos que hacer era el Jefe de Cabina y el Sobrecargo Mayor. Las mesas se montaban en el momento, con mantel, saleros, pimenteros, cubiertos que parecían de plata, les dábamos la servilleta de tela y los alimentos se distribuían con charola. Todo era cuchareado desde el galley. Después de la quiebra de se implementaron dos programas, uno de ellos se llamaba “Caballero Águila” y el otro “Soles y Especias”. Se les entregaban los menús a los pasajeros con las recetas de lo que iban a comer.

Ivonne: Qué te mantuvo durante 48 años como Sobrecargo

América: El amor a mi trabajo, la pasión y la felicidad que me provocaba servir a los demás. Realmente no tuve en general, problemas con los pasajeros. Si los llegué a tener fue por defender a mis compañeros. Aeroméxico es una gran escuela, recuerdo que nos daba un curso que se llamaba “El Despertar” en el cual nos enseñaban a tener control de las emociones. Uno de los ejercicios era que una de nuestras compañeras nos insultaba y debíamos de mantener la calma, si comenzábamos a parpadear nos sacaban del ejercicio hasta que fuéramos capaces de contener el enojo, para así, dar una respuesta asertiva.

Ivonne: Que es portar el uniforme 

América: Para mí es un gran honor, es un privilegio y un gran respeto a lo que yo firmé en mi contrato. Tengo que respetar mi uniforme y verme bonita. Porque cuando Aeroméxico te abre las puertas al mundo y ves a otras Sobrecargos, quieres ser reconocida como ellas.

Ivonne: ¿Qué es la ASSA de México?

América: Cuando me vuelven a contratar después de la quiebra, me contratan como Jefe de Cabina. En aquél entonces no era sindicalizada, era de confianza. Cuando nos sindicalizan nos preguntaron si queríamos permanecer en las oficinas y no pertenecer al sindicato o si queríamos seguir volando, entonces teníamos que sindicalizarnos. Elegí los aviones. Al sindicalizarme me di cuenta que tendría un apoyo en cualquier situación, me sentí más segura. Aeroméxico respeta a la ASSA de México. Cuando eres buen trabajador, tienes ética, nunca vas a tener problemas, tendrás el respeto tanto de Aeroméxico y de la ASSA de México. 

Ivonne: Qué les dirías a los compañeros de las nuevas generaciones?

América: Que sean comprometidos con lo que firmaron, que sean comprometidos con la ASSA de México y con Aeroméxico, porque nos representan ante el mundo. Que den al 100 y un poco más, que traten con respeto y educación, que procuren resolver sus problemas. Somos inspiración para las niñas que quieren ser Sobrecargos. Ser profesionales y estar listos para cualquier situación, somos los ojos de los Capitanes en la cabina de pasajeros. 

Ivonne: ¿Con qué te quedas y qué te llevas?

América: Me quedo y me llevo la educación y la enseñanza que me dio la aviación, enriqueció mi vida de una manera excepcional. El comparar a México con otros mundos, con otras culturas, nos debe de ayudar para crear un país mejor. El enriquecimiento de vida nunca se me va a olvidar, cuando pueda comunicarme para que la gente sea mejor, lo voy hacer. Lo importante es ser profesional y amar lo que uno hace. Me dieron muchos reconocimientos, uno de ellos me lo otorgó el Lic. Pasquel en el Museo de Antropología, estuve representando a Aeroméxico en Francia, también formé parte del programa de Skyteam, también me dieron el reconocimiento de Seguridad de Aérea a nivel internacional.

Ivonne: Reeducar al cuerpo que existe una nueva forma de vivir lleva tiempo, estuviste en tierra tus primero 18 años de vida, después 48 en el aire y ahora vuelves a estar en tierra y podrás aportar desde diferente trinchera para enriquecer la cultura de los demás, así como Aeroméxico lo hizo contigo.

América: Sin duda, la verdad no ha sido sencillo ni fácil, pero cada vez comprendo mejor como se vive en la tierra. A las nuevas generaciones de Sobrecargos les va a tocar vivir una mejor aviación, sobre todo en la seguridad, porque yo he visto como empezamos hace 48 años y cómo estamos ahora. Hemos avanzado muchísimo y lo seguiremos haciendo.

Es así como América, un ícono de la aviación en México, con 48 años de experiencia como Sobrecargo, nos comparte una pequeña parte de su historia. Una Sobrecargo entregada, disciplinada, apasionada y sobre todo profesional en su vida personal y en su vida profesional. Una Sobrecargo que formó y aportó para Aeroméxico desde su experiencia, para formar a nuevos Sobrecargos y que sin duda, nosotros la recordaremos como parte de nuestra vida. 

Martha Ivonne Jurado Peña
Secretaria de Prensa
ASSA de México
Julio, 2022
Año 1, Número 3