Dinero: Un enfoque distinto
En el artículo anterior, se invitó a reflexionar sobre el concepto que cada uno de nosotros tiene sobre el dinero. Con base en mi experiencia, los cambios que perduran en el tiempo, son los que se hacen con base en un cambio de consciencia, si no sucediera así, entonces solo serían llamaradas de petate, como se dice coloquialmente.
¿El dinero es bueno o malo?
Para comenzar a percibir y generar una relación sana con el dinero, es importante desmitificar el concepto que se tiene sobre él. Los billetes no asesinan, no violan, no agreden, no sonríen, no hacen altruismo, todos esos actos y otros más, son realizados por personas, así que te invito a dejar de pensar que el dinero corrompe o hace daño. En dado caso que sigas pensando eso, entonces la invitación sería a pensar también que se requiere dinero para hacer el bien, para aportar en obras de beneficencia o ¿por qué no? Crear tú mismo una fundación que ayude a los ancianos, a las personas sin hogar, a los niños huérfanos, hospitales, mujeres maltratadas, a animales maltratados o sin hogar, etc. Como puedes ver, se requiere dinero para ello también.
¿El dinero compra la felicidad?
Si crees que el dinero no compra la felicidad, te invito a reflexionar un poco al respecto. Recuerda tus últimas vacaciones y, más aún, si llevaste contigo a tus seres queridos; recuerda su cara y la emoción que sintieron desde los preparativos, durante el viaje y al llegar a su destino. Seguramente entre tantas emociones sintieron felicidad o alegría, ¿cierto? La felicidad es un concepto subjetivo, así que depende de cada quien saber lo que nos hace felices, también es efímera, dura solo algunos momentos u horas ya que, biológicamente no estamos diseñados para sentirla todo el tiempo. No es que vayas a comprar a algún lugar dos kilos de felicidad y los envuelvas en una caja de regalo, sino que cuando haces algo que implica que te sientas feliz o hagas que alguien más se sienta feliz, la mayoría de las veces tuviste que ocupar dinero. Con este enfoque entonces el dinero sí compra la felicidad.
La distinción estriba en lo que a ti te hace feliz, que sepas con claridad qué te provoca felicidad y te aseguro que en la cantidad de cosas o momentos en los que ahora estés pensando, se requiere dinero para ello.
¿Cómo me relacioné durante mi infancia con el dinero?
Es importantísimo que hagas memoria y te respondas los siguientes cuestionamientos:
- ¿Cómo se referían tus padres respecto al dinero? Es decir, qué opinión tenía cada uno de ellos, qué frases usaban al hablar de dinero.
- ¿A quién le importaba ahorrar y a quién gastar? Seguramente uno de ellos era quien buscaba el ahorro y el otro gastaba el dinero sin previsión alguna.
- ¿Había discusiones por el dinero?
- ¿Qué te decían si preguntabas algo referente al dinero?
Es vital que respondas estas preguntas, ya que durante los primeros 8 años de nuestra vida, somos programados por nuestros padres o quienes hayan tomado ese rol: abuelos, tíos, padres adoptivos, etc. Tal vez la palabra programado provoque cierto desagrado, sin embargo, esta programación se hace de forma inconsciente, por ello la importancia de las preguntas para que se transfiera a nuestra parte consciente, dándonos la posibilidad de generar un cambio real en nuestras vidas.
Si generas dinero y no te rinde, cuando recibes una cantidad extra “casualmente” no logras ahorrarla y se esfuma, lo más probable es que estés repitiendo, inconscientemente, lo que hacía alguno de tus padres. Tal vez tuviste una pérdida de un ser querido mientras se hablaba de dinero o, después de alguna herencia, hubo discusiones en casa. Es vital que tomes consciencia de ello para que tu relación con el dinero comience a mejorar.
En nuestro siguiente número, aprenderás a saber exactamente cuánto dinero ganas, cómo diferenciar y presupuestar tus ingresos, para que logres consolidar unas finanzas sanas.
Martha Ivonne Jurado Peña
Secretaria de Prensa
ASSA de México
Mayo, 2022
Año 1, Número 2