Para obtener salud financiera, debes empezar por lo primero, ser consciente que cantidad de dinero generas realmente, con lujo de detalle. Recuerda que el dinero es como si fuera tu pareja. Los ingresos son todas aquellas cantidades de dinero que entran a tu bolsillo: sueldo, si te regalan dinero, herencia, si ganas la lotería o te encuentras dinero en la calle. Es importantísimo que conozcas exactamente cuánto dinero contante y sonante dispones para afrontar tus gastos fijos y tus gastos variables.
No estoy hablando de lo que puedes obtener con las tarjetas de crédito o préstamos, eso es deuda. En su momento, definiremos lo que es la deuda y cómo puedes usarla a tu favor.
Una vez que sabes cuánto ganas y determinas tus ingresos mensuales (fijos y variables), debes conocer y determinar tus gastos fijos. Los expertos señalan que debes de mantener tus gastos fijos tan bajo como sea posible y no deben de pasar del 50% de tus ingresos netos, es decir, después de impuestos. Seguramente te estás preguntado ¿Qué es un gasto fijo? ¿Cómo determinar cuáles, de todos mis gastos, son fijos? Es muy sencillo, un gasto fijo es aquél que tienes que hacer SÍ o SÍ.

No es el café que te compras día a día, porque si no te lo tomas no despiertas. Son los gastos indispensables para vivir: renta o hipoteca, los servicios de casa, tales como la energía eléctrica, el agua, el gas, el servicio telefónico (fijo y móvil), las colegiaturas si es que tienes hijos, higiene básica, comida hecha en casa, los gastos de transporte (público, privado o propio), si es propio se debe considerar el combustible, la mensualidad de un auto, servicio de internet o datos. Son gastos que tienes que hacer, quieras o no.
Los gastos variables son todos aquellos gastos que tienes la opción de hacerlos o no. Una de las claves para que sanes tus finanzas personales, es el que disminuyas tus gastos variables al menos en un 30% en algunos casos y si fuera posible, de manera definitiva.
Infinidad de estos gastos son para llenar huecos emocionales o por la necesidad natural que tenemos los seres humanos de pertenecer a un grupo social y sentirnos aceptados.
Una vez que conozcas tus ingresos y hayas determinado tus gastos fijos y variables, es indispensable que realices tu presupuesto. Es una herramienta que puedes utilizar como una guía, como el mapa de la ruta de tu dinero. Es la zona segura de tus finanzas personales. Imagina que es un fuerte que debes de tener bien construido para que estés a salvo, pase lo que pase. Es fácil de elaborar: anotas tus ingresos mensuales y le disminuyes tus gastos (fijos y variables).

Como te he dicho antes, el dinero es como si fuera tu pareja, por lo que requiere que le seas fiel al presupuesto, con lo que dices que vas a gastar, lo gastes y no sobrepasarse, sobre todo en tus gastos variables. Es esencial que lo hagas por escrito y lo revises mensualmente, para que corrijas tu rumbo a tiempo. Te aseguro que si lo haces, tus finanzas comenzarán a mejorar poco a poco.
En el siguiente número, veremos cómo utilizar inteligentemente una tarjeta de crédito, una vez que sepas hacerlo, llegará a ser una gran aliada de tus finanzas personales.
Martha Ivonne Jurado Peña
Secretaria de Prensa
ASSA de México
Julio, 2022
Año 1, Número 3